Exótica y colorista, festiva y tropical, jugosa y fragante, dulce pero no empalagosa, que alimenta, pero no engorda, ¿sería excesivo considerar a la piña como la reina de las frutas?
Cristóbal Colón la descubrió en un segundo viaje a las Américas, y, en 1526, el cronista Fernández de Oviedo la describió de esta manera: “Huele esta fruta mejor que los melocotones y toda la casa huele por una o dos de ellas. Y es tan buena fruta que creo que es una de las mejores del mundo y de más suave sabor y linda vista, que carnosa y mucho sabor tenga como el durazno, salvo que tiene briznas, como el cardo, pero muy “sutiles", más dañosa cuando se continúa a comer con los dientes, y es muy zumosa y en algunos puertos los indios hacen vino de ellas y son tan sanas que se dan a dolientes y les abre mucho el apetito a los que tiene hastío y perdida la gana de comer".
Han pasado quinientos años y describir ahora la Piña no es necesario porque todo el mundo la conoce, aunque en algunos países cambia su nombre por el de “ananás”, un vocablo procedente del guaraní, idioma en el que la piña se conocía como “nana”. De hecho, con el nombre de “ananás” aparece en el texto de más antigüedad, escrito en 1578 por Cristóbal de Acosta en su “Tratado de las drogas y medicinas orientales”.
Se cree que los españoles la trajeron del Perú y unos botánicos
sevillanos fueron los primeros en cultivarla, aunque parece ser que no se aclimató a esta tierra, se logró en Levante, aunque estos frutos, son de mediana calidad. La Costa del Sol y las Islas Canarias, gracias a su clima subtropical, consiguieron el milagro y la piña, o ananás, ha llegado a ser el símbolo más directo de cuantas frutas tropicales se cultivan en España.
En 1555 fue descubierta por Juan de Lery, en Brasil, llevándola a
Inglaterra, dónde tampoco se logró su cultivo. Fue en Francia, en
tiempos de Luis XV, en 1733, donde comenzó a verse en los jardines reales. Cuentan que en las fiestas del Palacio de Versalles se consumía tal cantidad de fruta que “en lujosas y barrocas fuentes, las cocineras hacían verdaderas pirámides coronadas siempre con una piña y eran tan altas que algunas veces no pasaban por las puertas”.
También el autor de “Los Tres Mosqueteros”, Alejandro Dumas, fue un devorador de frutas, siendo sus predilectas el melón y la piña. Soqui Xaire
Edición y Dirección: Miguel Monje Torreño
Recetas de Cocina / Recetas de Postre
Ingredientes
Tartaleta de Piña y Fresa |
Ingredientes
Un paquete de tartaletas (también se puede hacer con tulipas)
1/4 kilo de fresones
Una piña mediana
Un frasco de mermelada de piña o fresa según el gusto
Elaboración
Picar las fresas en cuartos y la Piña pelada y cortada en trozos
del mismo tamaño de las Fresas, untar con la mermelada
elegida la tartaleta y rellenarlas con las frutas, adornar con
hojitas de hierbabuena y servir.
Deliciosas y ricas en vitaminas, estas tartaletas resultan ideales para la merienda de los niños.
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